Muchas mujeres no estamos preparadas para la hora del parto y solemos asustarnos y creemos que una simple contracción implica salir corriendo hacia el hospital porque vamos a parir.
No señoras, nuestro organismo es mucho más complejo y para que nazca el bebé debemos atravesar todo un proceso, un poco doloroso, si, pero vale la pena.
Las contracciones son las encargadas de avisarnos que llegó la hora, pero no todas las contracciones son iguales, durante el mes anterior al parto, la madre puede tener algunas contracciones, que son como un ensayo general del cuello del útero, en vistas a la dilatación necesaria para que el niño pueda pasar a través de él (unos 10 centímetros), y las que conducen al parto poseen características muy precisas:
•Se presentan a intervalos regulares. Al principio, cada veinte minutos, después, cada cuarto de hora y, al final, cada 10 y 5 minutos. Sólo se deberá acudir a la clínica o al hospital cuando sean muy frecuentes.
•Son intensas y dolorosas. Cuando se presentan estos dos aspectos, conviene tener un reloj al alcance de la mano. Algunas veces, las contracciones dejan de sentirse al cabo de poco tiempo y sólo se trata de una falsa alarma. Por ello, sólo cuando hace dos horas que se repiten a intervalos de cinco-diez minutos y con una duración de 40 segundos ha llegado el momento de ir a la clínica o al hospital.
Fuente:Padres