La bañera
Compra una bañera especial para tu bebé. De preferencia de plástico y que tenga un diseño ergonómico que permita a tu bebé estar sentado o acostado con seguridad. Al momento de bañarlo, la bañera debe estar a la altura de tu cintura o un poco más arriba, pero no más abajo, porque el bebé puede resbalar y caer al agua.
La temperatura
Asegúrate de que el agua no esté ni muy caliente ni muy fría. Tu bebé irá poco a poco acostumbrándose a esta temperatura y le va a gustar estar remojado en el agua. La zona adecuada para probar el agua es tu muñeca. Ten todo a la mano para que no dejes a tu bebé solo por si se te olvidó algo.
La ropa
Lo más recomendable no es quitarle de golpe la ropa, sino dejarlo con el pañal y la camiseta para que su cuerpecito se vaya aclimatando. Ten siempre a la mano un par de toallas; una para que lo envuelvas y otra para ir secándole las piernas sin quitarle del todo la otra toalla. En este momento puedes limpiarle los ojos con algodones remojados en agua limpia y tibia; las legañas pueden acumularse y causar fastidio en tu bebé. Otra opción es lavarle los ojitos con infusión de manzanilla tibia.
Los juguetes
Para que tu bebé agarre el gusto a bañarse, cómprale juguetes para el baño, patitos de hule o algún muñeco que le guste. Esto lo puedes hacer cuando ya tenga algunos meses de nacido, pero mientras sea más chiquito le puedes hablar o cantar para que se sienta acompañado en todo momento.
El champú y el jabón
Nunca utilices tu jabón o tu champú para bañar a tu bebé; su cuerpo es muy delicado y los alcoholes de estos productos pueden irritar su piel o los ojos. Utiliza productos especiales, como los de Johnson’s Baby que son muy suaves.
El método
Toma a tu bebé de la cabeza con una mano, con la otra anda jabonándole el cuerpo y al final la cabecita. Procura enjuagar su cabello con una tacita para que no le entre agua a los oídos si lo sumerges en la bañera. Córtate las uñas y quítate las joyas para que no lo arañes.
Después del baño
Es básico secar cada rincón de su cuerpo y las orejas también; los bebés tienen muchos pliegues que no deben dejarse húmedos, pues puede generarse hongos u infecciones. El área del ombligo también es muy delicada, por lo que tienes que prestar atención a esta zona y secarla con un algodón limpio; si notas enrojecimiento o mal olor, acude inmediatamente al médico. Los genitales también deben secarse cuidadosamente; si es niña, limpia de adelante hacia atrás, pero si es niño, limpia bien el prepucio y nunca lo jales. Viste al bebé suavemente, hablándole siempre y aplicándole una cremita para evitar las escaldaduras o dermatitis de pañal.
Fuente:Mujeractiva