Cuatro días después de la concepción, el óvulo fecundado es una esfera con cerca de 100 células, que busca llegar a la cavidad uterina, y las vellosidades de las trompas de Falopio son las encargadas de darle este empujoncito. Cuando se adhiere a la pared del útero comienza a llamarse embrión.
En la tercera semana empieza a formarse el corazón y en la cuarta ya está bombeando sangre. El tamaño del embrión al finalizar el mes será de un centímetro de largo y pesará menos de 30 gramos.
Entre las semanas seis y diez, el embrión se mueve y se estira. A las diez, abre y cierra la boca y traga líquido amniótico.
A la semana nueve es posible observar sus primeros movimientos. “Se ve un embrión con nacimiento de brazos y pies que se mueven en conjunto, como si estuviera en una hamaca”, afirma Duque. A la siguiente semana mueve sus brazos, respira líquido amniótico y abre y cierra su boca.
David B. Chamberlain, psicólogo estadounidense experto en psicología pre y perinatal, afirma en un artículo sobre ‘los sentidos fetales’, que en una serie de experimentos científicos realizados, se demostró que la sensibilidad táctil del embrión se manifiesta en el área genital a partir de la semana 10, en las palmas de las manos desde la 11 y en las plantas de los pies, desde la 12.
“A las 12 semanas se observa un bebé completamente formado y muy activo”, afirma el ginecoobstetra y perinatólogo.
Fuente:Abc