Por lo general los enojos no ocurren porque tu hijo es desobediente o maleducado, sino porque quiere hacer algo que no puede.
En ocaciones los niños están inconformes con algo y se enojan, pierden el control y terminan con un berrinche que sólo consigue ponerte más nerviosa.
Cuando tu hijo se enoje trata de mantenerte en calma, estable y positiva. Trata de entender dónde se originó el enojo para prevenir el berrinche y así manejarlo mejor. En varios casos, es mejor dejar que se le pase solo a intentar calmarlo.
Algunas maneras de prevenir los enojos son tratando de que tu hijo descanse lo suficiente, evitando decirle que "no" innecesariamente y en los casos en que es inevitable, ofrecerle alguna distracción o alternativa.
La mayoría de los bebés pasan por esta etapa. Lo importante es que con paciencia, pero también con firmeza, le enseñes a respetar los límites importantes.
Fuente:Bebés