La costra láctea es un proceso inflamatorio de la piel del cuero cabelludo, que se caracteriza por la presencia de escamas amarillentas, blanquecinas o grises, fuertemente adheridas al cuero cabelludo. Suele aparecer en las primeras semanas de vida y remitir antes de los 3 años. El aspecto de la costra es grasiento y, a pesar de su nombre, no tiene nada que ver con la leche ni con la alimentación del bebé.
También puede aparecer en los pliegues de la piel, en la frente, en el entrecejo, en las cejas, en la zona que rodea la boca y en la parte posterior e interior de las orejas, pero en estos casos recibe otro nombre. Y es que la costra láctea es un tipo de dermatitis seborréica, un trastorno de la piel que aparece en aquellas zonas donde hay un gran número de glándulas sebáceas. Se llama costra láctea cuando afecta a la cabeza y dermatitis seborréica cuando afecta a otras partes del cuerpo.
Causas de la costra láctea
Generalmente, se transmite de padres a hijos y empeora con el uso de productos inadecuados. En su aparición, puede influir un exceso de producción de grasa de las glándulas sebáceas o bien un aumento de la población de ciertos microorganismos que viven habitualmente en la piel, como una levadura llamada malessezia. En contra de lo que pueda parecer, no es un problema alérgico y no se contagia.
¿Cómo tratar la costra láctea?
Las costras remiten sin tratamiento, pero para mejorar el aspecto de la cabeza del bebé puedes:
- Aplicar aceite o vaselina sobre la costra. El aceite para bebés o la vaselina deben aplicarse con un masaje y mantenerse durante al menos media hora. Después, conviene lavar el cabello con un champú neutro para bebés. Para que la vaselina haga más efecto, puedes cubrir la cabeza del bebé con un paño mojado en agua tibia, procurando que no llegue a enfriarse para que no baje la temperatura del niño.
- Champú a diario. Lávale la cabeza todos los días mientras duren las escamas con un champú de selenio, zinc, brea o keluidina y después, acláralo bien.
- Masajes suaves. Masajea suavemente su cabecita todos los días con los dedos, durante unos cinco minutos.
Precauciones con la costra láctea
Evita quitar las costras con un cepillo, por muy suave que sea. Tampoco es recomendable usar las uñas para levantar la costra porque podríamos causar lesiones, que luego pueden infectarse. Si la costra persiste después del tratamiento, es conveniente consultar con el pediatra antes de iniciar un tratamiento con corticoides.
Fuente:infantil