Quizá te parezca que no hace nada más que comer y dormir. Sin embargo, todas esas horas de descanso y todo lo que ingiere le ayudan a sentar unas buenas bases de cara a una vida de aprendizajes y desarrollo. Tras salir del oscuro mundo en el que se encontraba dentro de tu útero, sus sentidos tardan un poco en ajustarse a su nuevo entorno. Sin embargo, en el momento de nacer su olfato ya está muy agudizado y en pocos días aprenderá a reconocer ti olor.
Reacciona ante los sonidos y se calma con tonos bajos, como música o sonidos monocordes. Se sobresalta con los ruidos o sonidos bruscos. Ve bastante borroso, pero al final del primer mes es capaz de enfocar un objeto o una cara que se encuentre a unos 20-25 cm. de distancia. De hecho, ésta es la distancia ideal para observarte mientras come.
Segundo mes
Durante este mes, cuando le cambies a última hora del día o cuando le des las tomas nocturnas, te recompensará con una magnífica sonrisa. También empezará a hacer gorgoritos y todo tipo de ruiditos y se dará cuenta de que estos sonidos (al igual que su llanto) llaman tu atención. Le puedes ayudar a conseguir todos estos logros hablándole mucho, abrazándole, jugando con él y sonriéndole siempre que sea posible.
Quizás te sientas un poco tonta hablándole a tu bebé de cosas como la programación de la tele, pero debes tener en cuenta que los niños son increíblemente sociables y reaccionan a tus palabras. Aunque no entienda lo que estás contando, le encantará escuchar tu voz y sentir que es el centro de atención.
Fuente:Embarazosybebes