Pasado de moda están los pantalones bota campana, no saber inglés y la obesidad, sobre todo en los niños. Eso de que los pequeños se ven más lindos gorditos y que entre más ‘robusticos’ más sanos, también está out, no tanto porque atropella la moda, sino porque afecta la salud del menor.
Ver a los niños gorditos no es un logro, es un error y puede convertirse en un calvario. Lo que interesa no es que esté gordo o flaco, sino bien alimentado. Para lograrlo es necesario que desde el nacimiento de los niños, los padres manejen hábitos en la alimentación. Esto podría prevenir la obesidad infantil, acumulación excesiva de grasa corporal.
El primer paso es suministrar leche materna, por lo menos, los primeros 6 meses de vida. Después de esto tiempo se debe iniciar la etapa complementaria con los alimentos adecuados. Y por último, alimentar cinco veces al día con menús distintos y productos necesarios para el crecimiento y desarrollo del menor.
El gastroenterólogo pediatra José Fernando Vera afirma que la niñez es la mejor etapa para promover la sana alimentación. “Esta etapa está relacionada con los hábitos y las conductas, por ende, en este tiempo los padres deben enseñarle a comer adecuadamente a sus hijos. Esto significa suministrarles frutas, verduras, proteínas y carbohidratos necesarios y controlados para cada edad”.
La obesidad infantil se considera cuando el niño está por encima del peso ideal de acuerdo a la edad y a la talla. Un cálculo promedio (que se debe verificar con el pediatra) es multiplicar la edad del menor por dos y sumar ocho. Es decir, si el niño tiene 4 años X 2 + 8= 16. O sea, que el niño debe pesar 16 kilos.
Sin embargo, el aumento del peso no es el único síntoma de la obesidad infantil. También lo es el apetito incontrolado. “Si su hijo sufre de ansiedad alimenticia lo mejor es darle una fruta antes de cada comida, esto ayudará a controlar el apetito”, sugiere el especialista Vera.
Un enemigo de peso pesado
La principal causa de obesidad infantil es el sedentarismo. Es acá donde los padres vuelven a jugar como modelos de sus hijos. Si los adultos no promueven la actividad física, es muy difícil que los menores se animen a realizar deporte.
Otra causa es la mala alimentación de los padres, la cual se las inculcan a los pequeños.
La nutricionista Claudia Angarita afirma que en la actualidad los niños están peor alimentados pero con sobrepeso, esto se debe a que la comida que suministrar es avanzada en calorías, grasas y carbohidratos”.
“Los padres están dando comida envasada, chatarra y de paquete, la cual no cuenta con los beneficios necesarios para el crecimiento del menor”.
Ý no solo con la mala alimentación se ve afectada la vida infantil, el problema avanza y llega a la adultez, lo que hace que se genere mayor riesgo de osteoporosis, alteración del desarrollo sexual y enfermedades crónicas como: las cardiovasculares, diabetes, cáncer e hipertensión.
“En los niños entre más temprano se ubique la obesidad mucho más temprano aparecerán estas enfermedades. Hay pacientes infartados a los 25 o 30 años. Eso ocurre porque sus hábitos alimentarios en la niñez no eran adecuados”.
Esto a manera de prevención, pero si el niño ya presente síntomas de sobre peso, el padre debe llevarlo a un especialista, el cual le dará una dieta balanceada.
“Muchos padre pecan en eliminar los dulces y las grasas de las comidas de los niños, pero eso no lo deben hacer, porque el niño necesita de unas energías necesarias para el crecimiento, señala el gastroenterólogo pediatra Vera.
Y aunque las dietas no son recomendables para los niños, los padres deben tener cuidado, porque “las dietas se hacen en base a la edad, la talla y escolaridad del pequeño”, afirma la nutricionista Angarita.
Hábitos saludables
El aumento indebido de calorías y de grasas es el que propicia la obesidad infantil. En promedio los niños más o menos de 1 a 6 años deben consumir entre 1100 y 1500 calorías. Entre más pequeño, menos calorías.
Estas calorías deben suministradas en cinco comidas al día. El desayuno debe aportar el 25 por ciento; el almuerzo 30 y la comida 30. El resto de las calorías deben estar distribuidas en dos refrigerios.
“Es importante que en cada una de las comidas siempre haya un alimento energético; un carbohidratos ( arroz, papa, plátano); uno regulador (verdura) y un constructor (carne, pollo, pescado o huevo)”, señala Angarita.
También se les debe dar jugos naturales bajos en azúcar, alimentos ricos en fibra y dos o tres porciones de frutas y verduras.
Tenga en cuenta
· No dar jugos artificiales ni gaseosas.
· Evitar los productos de paquetes y las comidas rápidas.
· Dar postres caseros, como fresas con crema, arequipe o brevas.
· Incentivar el ejercicio desde temprana edad.
· No obligarlos a que se coman todo lo que le sirven. Para los niños es suficiente tres cucharadas de arroz, carne, ensalada y un jugo.
· Los padres deben comprender que la capacidad del organismo del niño es distinta a la del adulto.
Menú
El siguiente es un menú para un niño de 3 años, el cual ayudará a prevenir la obesidad:
* Desayuno: huevo, cereal con leche y jugo natural con poca cantidad de azúcar.
* Media mañana: kumis, yogurt.
* Almuerzo: proteína, vegetal y harina.
* Algo: avena y galleta.
* Comida: igual al almuerzo.
Sabía que las sopas están mandadas a recoger. Este tipo de alimento llena mucho y las únicas que no suben de peso son las de verduras o con proteínas (carne, pollo). Además, los niños se vuelven más perezosos para comer cuando toman sopas.
Fuente:abcdelbebe